Blogger Template by Blogcrowds

Porque sí.

Y tu me miras y me preguntas porque todo esto... y yo te imagino a 15000 kilometros perdido en una selva sin pensar en nadie mas que en ti... y tu me miras y me preguntas porque sigo aqui, y yo me duermo todas las noches pensando el porque tu no estas para mi. Y entonces me mira el mundo y me pregunta que quiero, y yo me miro y me doy cuenta que no quiero nada realmente. Nada que no sea lo que siento, nada que salga de mis sensaciones mínimas de felicidad. Nada que quiebre lo que siento, ni que me haga sentir otra vez. Siento que me caigo en algo extraño, algo que me da un miedo y una desconfianza horrible, pero que al mismo tiempo no puedo parar. No es el momento de tomar desiciones aún, tampoco es el momento de abandonar. Y tú me miras y me preguntas que me pasa... y yo te miro y pienso que te pasará por la cabeza cuando me rompes el corazón. Y me preguntas porque te quiero... ¿cabe mas que un porque sí?

¿Amanda, dónde estás?

Amanda? Te he buscado tanto y no te encuentro... donde te metiste? Ya no apareces en las noches, ya no te encuentro ni en las niñas de la calle ni en mis sueños perdidos, ya no te siento cuando grito de desesperación y prendo velas clamando tranquilidad... ¿dónde estás, Amanda? En que vagón de metro, en que lágrima pérdida, en que sueño que no recuerdo, en que momento en que quise odiarlo todo, en que desición estúpida, en que momento perdí toda la tranquilidad que significaba pensarte como lo único seguro en mi futuro... no estás aquí, Amanda? No te dejé en uno de los mil borradores que le deje a quién ya no puede ser escrito aquí? No te perdí en los kilos, las lágrimas, el pelo, los sueños, el viento, la sangre? No aparecerás otra vez a decirme mama, todo está bien en el marco de mis sueños frustrados? No volverás a recordarme lo que yo era y no lo que parezco ser ahora? No volveré a verte desde el último sueño en que te ví decirme adiós yendote a buscar a quién tu sabes? Y si no lo encuentras nunca? Y si no vuelves? Y si te extraño?

¿Dónde estás, Amanda?

Quiero.

Estoy metida en un pedacito del chocolate que no te comiste hoy. Soy algo así como una molecula de tu saliva que se poso en una comisura de tu boca medio rota, y no quiero moverme de ahí. Convivo a diario con toda tu realidad invisible, imaginándola desde el rincón en que decidí posicionarme, esperando en silencio. Ese silencio que se rompe cada vez que me abrazo a tu espalda y lloro, que siento tantas cosas que creo que voy a explotar. Cada vez que pienso que todo está mal, y que luego siento que todo está bien... cada vez que pierdo la paciencia y la encuentro en la luz amarilla en la mañana y azul en la tarde que inunda tu pieza ya inundada por los dos... Cada vez que creo que nada tiene mucho sentido pero hay ciertos momentos, espasmos, gritos, suspiros y gemidos en que siento que si lo tiene.
Aunque no niego que me muero de ganas de gritar que estoy aquí...

Miénteme y dí que no estoy loco.

El título es de una canción de Bosé que es tremendamente pegajosa. Hoy la escuchaba mientras meditaba en lo que era realmente la felicidad, luego de uno de esos dias mixturados en que aunque el mundo siga girando para mi estaba en pausa, detenido en un momento de ayer. Parado en un minuto del reloj del cual aun no me decido a dejar correr. Parado hasta tal punto que hoy, mientras caminaba a mi casa con el vientito fresco de las 7 de la tarde comiendo cabritas y escuchando Serrano a todo volumen pensaba: realmente, si uno no pudiera comparar cabalmente unos momentos con otros, la vida seria menos mala. Y también menos buena, claro, porque uno no sabe que es feliz hasta que se da cuenta que antes no era lo mismo y que acabada la felicidad tampoco lo volverá a ser. Ahí tienen una tarea para cuando podamos ordenar la evolución: que la comparación se anule. Aprenderemos a ser felices con el momento y a no intentar recuperar lo anterior pensando en lo de ahora. Y ahora es la canción de Serrano mejor de la vida:

Ahora que la adolescencia es un septiembre lejano,

humo de cerveza en un portal, un verano inacabado.

Algunos años en la facultad de ciencias,

papeles escritos,

ron de Cuba, hojas de hierba,

un tren dormido en una vía muerta,

la luz de la ventana azul que siempre estaba abierta.



Ahora que quedan tan lejos las playas de Corfú,

las estaciones de trenes de Praga, Hamburgo o Estambul,

los viajes que trajeron a otros vistiendo nuestros cuerpos,

la luz de una cafetería, los amores conversos.

Ahora que te cansas y las piscinas cierran,

y apura el último baño la luz de las estrellas.

Ahora que regreso a los lugares a donde quise huir

y nadie me espera allí.

Ahora que casi llego a fin de mes,

que amo a una mujer.

Que amo a una mujer.



Ahora que pago las facturas, que me besé en La Habana,

que sueño con Lacandona, que ya no escribo cartas,

que cumplimos más añós que promesas,

que se hunden nuestros corazones como la vieja Venecia,

que llego tarde a los cines y al fin del planeta,

que alquilo un pequeño piso en un castillo de arena.

Ahora que duelen las resacas y cortan como una navaja.

Ahora que nadie nos saluda por los bares de Malasaña,

que pido auxilio, besos y comida por teléfono,

que fumo flores y lloro a veces mientras duermo.

Ahora que tiemblo como un niño abandonado.

Ahora que viejos amigos nos han traicionado.

Ahora es el momento de volver a empezar,

que empiece el carnaval,

la orgía en el Palacio de Invierno, de banderas y besos

.Se cayeron mis alas y yo no me rendí,

así que ven aquí,
brindemos que hoy es siempre todavía,
que nunca me gustaron las despedidas.

Entradas más recientes Entradas antiguas Página Principal